martes, 15 de agosto de 2017

Cinco clichés de la novela romántica para reír o llorar

    Hubo una etapa de mi vida en la que leí mucha novela romántica en ediciones de bolsillo.
Eran baratas, fáciles de conseguir y de leer, podían intercambiarse en quioscos de canje y siempre se heredaba alguna de madres, tías y abuelas. Novelas de Corín Tellado y Bianca, Sabrina con sus derivados. Leí tantas que atravesé un período de empacho en que las evité a muerte. Ahora, una vez cada tanto, me animo a leer alguna y me he llevado buenas sorpresas como con Outlander de Diana Gabaldon. Esta publicación es para comentar los estereotipos que más me molestan en la novela romántica. Seguro que reconocerán algunos. Aquí están:
  1. La joven virgen e inocente, el galán con exceso de experiencia.  Este es el punto que más fastidio me causa en estas novelas porque revela desigualdad de género que nos llega de larga data. Y, atención escritoras, continuar usándolo es replicar un modelo de conducta discriminatorio.
  2. El galán millonario y la muchacha pobre pero honrada. ¿En serio? Entonces un hombre con un empleo corriente no tiene oportunidad de conquistar un amor sincero y las mujeres solo nos enamoramos de los hombres con mucho dinero. Grrrrr. 
  3. Los detalles íntimos irreales. No puedo evitar ponerme a buscar esos detalles tan cómicos, señalarlos y hasta comentarlos haciendo apuntes: métodos anticonceptivos inexistentes (las ETS no existen, los preservativos tampoco), la ducha pos encuentro amoroso que no se dan (y antes, dependiendo del caso, tampoco), el beso matutino sin cepíllarse los dientes (o luego de días de perdidos en una isla desierta, o en otra línea de tiempo donde no existen los cepillos ni la pasta dental). Lo bueno es que nadie tiene mal aliento en estas novelas.
  4. Las descripciones idealizadas. Mujeres de senos grandes, cintura fina y piernas largas; hombres de abdomen plano y sin un gramo de adiposidad en el cuerpo musculoso. Sí, como no... No vaya usted a tener unos kilos de más, senos pequeños, las orejas un poco grandes y algo de panza porque se queda soltero. 
  5. El final con bebé en camino como el punto más alto de la felicidad conyugal. Lo siento, pero la idea cristiana de que debemos casarnos para procrear, en ese orden, no me convence. ¿Por qué no un final donde la pareja se va a realizar su sueño de recorrer en bicicleta América Latina? ¿O donde se compran una chacra donde puedan realizar su sueño de adoptar animales abandonados? ¿O ser socios en un negocio? ¿O irse de misioneros a África? Propongan un final donde el único objetivo de la vida no sea tener hijos y será una idea para una conclusión un poco más original.

4 comentarios:

  1. ¡Ufff, que manera de empezar un blog!
    Me encantaron tus cinco críticas, por demás acertadas. Yo le huyo a esa temática o a las novelas de tv románticas. Muy injusta la imagen de la mujer que muestran.

    ¡Saludos!

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    1. Las telenovelas son peores, en mi opinión, y me producen un fastidio insoportable. Muestran un modelo de hombre y de mujer que no corresponden a la realidad y son responsables por reproducir modelos más y más huecos de personas por el mundo. Y lo manifiesto porque en mi familia siempre estuvieron presentes, lamentablemente. Pero hasta para criticar con propiedad hay que conocer. Saludos.

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  2. jajajaja!!! Objeción, después del "acto" si se duchan jajajaja!! Pero es tal cual, soy más de la romántica histórica pero al leer tanto ya todo es igual, muy pocas historias resaltan por ser diferentes. Pero bueno, esta bueno parar por un buen tiempo y después tratar de buscar algo si es que logramos encontrar algo que valga la pena, ni modo. Muy buen post!! Besos.

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    1. Cuando encuentro un personaje que al menos se ducha después de hacer el amor o recuerda usar preservativos, ¡festejo! Jaja. Y muy cierto lo que dices, Judith, sobre que después de un tiempo, todas son iguales. Muy poco se ha renovado la novela romántica. Por eso los clásicos, como las novelas de Jane Austen, aún son válidos, porque al menos puedes usar la historia para justificar sus modelos de conducta. Saludos.

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