jueves, 30 de enero de 2020

Mi primera lectura de Chico Carlo de Juana de Ibarbourou

Hay autores que pueblan el imaginario de nuestra infancia a través de los textos que hacen parte de los libros de lectura en nuestra etapa escolar, y más aun si eres un uruguayo que ronda o pasa la cuarentena, como yo. Tal vez la más recordada, casi a fuerza de repetición, sea Juana de Ibarbourou (1892-1979), poeta y narradora que recibió una vez y para siempre el título de Juana de América. 


Ejemplar de Chico Carlo firmada por la autora en exposición en el Museo Casa de Juana en la ciudad de Melo.


Además de sus poemas, sus textos más reproducidos en las clases de lengua en las escuelas uruguayas son fragmentos de un libro de relatos autobiográficos de 1944, Chico Carlo. Y tal vez les haya pasado, como a mí, que, a pesar de haber leído esos fragmentos en incontables oportunidades, nunca había leído el texto original completo. Este mes, mientras revisaba las últimas fotos que había sacado del Museo Casa de Juana en la ciudad de Melo para mostrarlas en mi cuenta sobre libros en Instagram, decidí remediar esta falla y busqué Chico Carlo en la Biblioteca Digital Ceibal (https://bibliotecadigital.ceibal.edu.uy), esa herramienta maravillosa para leer en línea con la que contamos los uruguayos.

"¡Cómo me gustaba cantar! Sabía décimas y vidalitas, lo único que una niña puede aprender espontáneamente en un pueblo del interior del Uruguay. (...) A mi padre, jefe en la guerra y siempre amigo en la paz, el célebre y amado caudillo de los blancos, Aparicio Saravia, se le ocurrió un día llevarme a su casa para que cantase en su presencia. Era mi padrino. (...) ¡Chico Carlo! Fue mi compañero de toda la infancia, mi doble con pantalones, y la agilidad a veces maligna de un gato montés."


Chico Carlo contiene diecisiete relatos breves (el libro no pasa las cien páginas) donde se narran recuerdos de infancia de Juana. Son fragmentos de su niñez en la ciudad de Melo, de sus juegos con los amigos de la escuela y el barrio, de su vida en familia, de sus caprichos, frustraciones, amores y aromas. Algunos son icónicos como La mancha de humedad (sobre su decepción al descubrir un día que habían pintado la mancha de humedad sobre un pared de su cuarto que ella usaba como estímulo para su poderosa imaginación) y Chico Carlo (sobre su hosco amigo de infancia a quien ella llamó su doble con pantalones) y otros, completamente nuevos para mí.  Recomiendo, en especial, La guerra (sobre sus recuerdos de los preparativos para la Revolución de 1904 de la que participó su padre) y La reina (sobre lo que ocurrió durante uno de sus juegos con las amigas del barrio). No predomina la acción sino la descripción, los diálogos, sino la impresión que evoca la autora al recordar a los personajes. A veces, autora y narradora se funden en la primera persona gramatical pero, en otras, se desdoblan y Juana es la niña Susana. Algunos son relatos de acción lineal y otros tienen la discreta intervención del yo de la autora adulta al escribir sus memorias a través del recurso del paréntesis y los signos de exclamación que evidencian la emoción que la embargó ante el recuerdo y el pasaje del tiempo.

"Chico Carlo era un libro que ella quería mucho, siempre tenía algún ejemplar para regalar. Le pregunté una vez si a la persona que había inspirado su personaje le había llegado el libro. Me dijo que, según le habían contado, seguía tan hosca como de niño, pero al leer el libro se había emocionado profundamente." Extraído de: Una mirada sobre Juana de Ibarbourou de Jorge Arbeleche.
Alguno que otro puede resultarles empalagoso, como a mí, por la poética retórica propia de la época y de la influencia modernista que recibió Juana, otros, confío, les traerán recuerdos de su propia infancia, pero ninguno, espero, los dejará indiferente.
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Si han leído el libro o les dio ganas de leerlo luego después de leer esta publicación, dejen su comentario más abajo o escríbanme en mi cuenta en Instagram @mibibliotecauy.
Hasta la próxima.



2 comentarios:

  1. ¡Hola! No he leído el libro y me siento en deuda con Juana. Tu reseña me dio muchas ganas de leerlo, me gusta lo que comentas de que los relatos se tratan más de descripción que de acción. Que este en Biblioteca País me alegra mucho ya que resulta más fácil y accesible, la verdad que tremenda herramienta nos regalaron.
    ¡Besos, nos leemos!

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  2. Hola, Paula. Juana resultó una linda sorpresa y espero que te animes a descubrirla por ti misma. Hay una ternura y una nostalgia en sus textos que resuenan en nosotros a pesar del transcurso del tiempo.
    Me encantaría que me contaras cómo te fue en esa lectura. Biblioteca País es una herramienta maravillosa. Tenemos que darle uso. Saludos.

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