lunes, 31 de agosto de 2020

Sobre Cuentitos fogoneros de Simplicio Bobadilla, mi última lectura del mes

Cuentitos fogoneros es una colección de 39 cuentos cortos de humor de 1966 escritos por uno de mis autores uruguayos preferidos, Serafín J. García con el significativo seudónimo de Simplicio Bobadilla. 



Cada cuento comienza con una contextualización que puede ser la presentación de un personaje, como el finao José María Mentira, que, como lo anticipa su nombre, fue un célebre mentiroso de las ruedas de pulpería, o un tema, como el de los nombres y su relación con la persona que lo porta gracias a la antigua costumbre de ponerle a los recién nacidos el que aparecía ese día en el almanaque de pared.

Son cuentos de borrachos, de mentirosos, de locos, de esquiladeros, de pulperos, peones de campo en localidades conocidas de los pagos de Treinta y Tres, todo respetando la manera de hablar del hombre de campo de aquella época.

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"-También hay quienes mermuran que soy negao pal agua y eso es otra gran mentira, porque dende que me conozco por gente tengo la costumbre de bañarme dos veces por año'e cuerpo entero, en el arroyo. Y tanto se me ha pegao esa costumbre, que al último baño me lo doy aunque no tenga necesidá..."

Del cuento El cumplimiento.

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Hay también una colección de dichos, metáforas y comparaciones, uno más hilarante que el otro. 

Aquí les dejo algunos ejemplos con las respectivas aclaraciones:

"...el garguero (garganta) más seco que lengua'e loro"

"...agarrao como garrapata en verija (la ingle)"

"... más cargoso que moscón de verano"

"...era cortito como pata'e chancho"

"...más fiero (feo) que quemadura en el talón"

"...más bien hablao que papagayo'e cura"

"...tenía una historia más larga que insulto'e tartamudo"

Y así sigue.

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Mi cuento preferido es Un toro manso que describe un "canyengue", un baile de campaña realizado en la casa de un vecino, la comida ofrecida, la música que bailaban y la llegada del Pardo Robustiano Mieres, famoso por salir a deshacer los bailes cada vez que se emborrachaba. En este se detuvo en la mitad de la sala fingiendo ser un toro y comenzó a atropellar a la gente y a espantarla. Pero se encontró con un rival a su altura... 

En resumen: está lectura fue un placer, por lo que me tomé el tiempo necesario para paladear las palabras y disfrutar los recuerdos que me traían.

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