Hace un tiempo les conté que había encontrado dos ediciones de un tesoro literario de mi país: los cuentos humorísticos del escritor olimareño Serafín J. García. Los libros se publicaron con un año de diferencia y se nota una leve evolución entre uno y otro, por la explicación al lector que antecede los cuentos en el segundo libro y por el tono y profundidad de las historias contadas.
Nuevos cuentitos fogoneros es una colección de 27 cuentos cortos de humor de 1967 escritos por Serafín J. García con el nombre de Simplicio Bobadilla, el seudónimo que el autor usó para la publicación de sus cuentos de humor.
En Juera'e programa se describe los circos pequeños que recorrían el interior del país, donde aun era posible encontrar animales salvajes encerrados y en estado no muy saludable. Si llegaron a conocerlos, este cuento les traerá grandes recuerdos, como una banda que más que música parecía pelea de perros, un león que de tan viejo ya ni dientes tenía y un domador que invita a alguien del público a entrar a la jaula del león. El resultado es carcajada garantizada.
Junto a los temas nuevos, siguen los cuentos de mentirosos con el ya conocido personaje José María Mentira, a quien nadie logra ganar en las competencias de cuentos ("infaltable en la rueda'e guayaberos"), en las pulperías, y mis preferidos. Pero hay también cuentos de otras profesiones como el domador de caballos, de pescadores, de la mejor venta de un turco mercachifle ("más flaco que solitaria'e tísico"), de milicos, de un maestro ("capaz de hacer reír con sus graciosas historias hasta a una moza sin dientes"), y de zonzos ("un cristiano más zonzo que chiflido'e chandú y más atravesao que vuelo de langosta"), como lo dice Simplicio Bobadilla.
En resumen: se nota, igual que en libro anterior, que todos estos relatos beben de la rica tradición oral de las personas de campo, acostumbradas a entretener el tiempo en ruedas de cuentos al lado del fogón. Hay una mayor profundidad descriptiva en esta serie pero la calidad se mantiene. Ojalá se volvieran a publicar y más personas pudieran disfrutarlos.