jueves, 27 de agosto de 2020

Cuando la casa es la culpable: Los elementales de Michael McDowell

Publicada por primera vez en 1981, Los elementales es una novela gótica que gira en torno al misterio que presupone una casa ubicada junto a dos más, idénticas en su arquitectura, en Beldame, un lugar recóndito de Alabama. El movimiento de las mareas las aísla todas las noches y quedaban rodeadas por la costa marítima, una laguna y una depresión pantanosa. La tercera no está habitada y ha sido invadida por por los médanos de arena. En este lugar pasan los veranos las familias McCray y Savage.



La historia se inicia con un funeral privado descripto con cierto desparpajo: se trata de la matriarca de la familia Marian Savage "que no se había dejado llevar serenamente", rodeada por su familia, su mejor amiga y su mucama. Y aquí comienzan los secretos de familia, en el ritual excéntrico al que se somete el cadáver. 

Después del funeral, las dos familias se van a pasar el verano en Beldame y el bochorno del calor trae los recuerdos y el misterio de los habitantes de la tercera casa.

"...el terror ataca mejor ahí donde nos sentimos protegidos."

Tiene, como lo dice en el prólogo la escritora argentina Mariana Enriquez, todas las características del gótico sureño: las familias extendidas y excéntricas (los Savage y.los McGray), las mansiones victorianas (tres exactamente iguales para ser más exactos), los secretos, la empleada negra con poderes psíquicos (Odessa Red), los fantasmas como maldición (o algo que se le parece), la crueldad subyacente.

Michael McDowell (1950-1999) fue hasta hace poco un escritor olvidado a pesar de ser el guionista de Beetlejuice de Tim Burton y de Thinner (Maleficio) de Stephen King.


En resumen: la ambientación exótica, el misterio de la tercera casa, los personajes tan bien caracterizados, los diálogos nada obvios, todo contribuye a una gran lectura. Aunque se la considera una novela de terror, no me resultó asustadora ni densa: nada hay en ella que no tenga su razón de ser. Un sentido del humor muy sutil permea la narración. Muy recomendable hasta para quienes no acostumbran aventurarse en este tipo de lecturas.

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